lunes, 26 de diciembre de 2011

Navidades diferentes

 
Hoy, día 26 de diciembre, iniciaba el padre Jorge, misionero brasileño, un viaje que lo llevará a pasar parte de las Navidades en un lugar bien diferente al mío. El padre dirige el CIFAP de la localidad de Bula, un centro de formación profesional en el que, entre otros oficios, se aprende carpintería, y así lo conocí: yo necesitaba una estantería y él tiene alumnos y necesidad de realizar trabajos para lograr que el centro sea autosuficiente.

A veces el padre Jorge se desespera, porque ve poca demanda de trabajo y falta de organización en las familias: lo poco que ganan los alumnos se acaba rápido, ya que muchas personas dependen de una sola. En Guinea-Bissau se mantiene la familia extensa, el que tiene comparte con los familiares que no tienen, y por familiares se entiende padres, hermanos, tíos, primos, sobrinos, vecinos... Eso dificulta la subsistencia con un pequeño sueldo. La parte buena es que si necesitan que cuiden de sus hijos, o levantar una casa de adobe, toda la familia ayuda.
 
Una de las casas de Sierra Leona

(foto:
http://www.aiutareibambini.it/)
En fin, el padre Jorge dejará su familiar Bula hoy para iniciar un viaje que lo llevará a pasar media Navidad en Sierra Leona. No está contento, más bien triste. Va a visitar los centros de formación y poblados de acogida para niños soldado. Me contó que la realidad de estos jóvenes ex-combatientes es muy dura, que les cuesta mantener la atención, organizar el cerebro, estar tranquilos. Que a él lo inquieta y le deja desolación en el cuerpo y el alma. Esperaba que, esta vez, la sensación fuera más positiva, más alegre. Comparada con su pacífica familia de Bula, Sierra Leona le genera inquietud, y viendo ese país piensa que no es justo quejarse de lo que tiene. Espero que este año el viaje le resulte agradable, y que cuando nos veamos, allá por el 10 de enero, pueda hablarme de esperanza y recuperación. Ese es un buen regalo de Navidad.