jueves, 1 de noviembre de 2012

Eva y los nueve


Eva. Al fondo, Isnabá
Ahí es nada. En otra casa abandonada cerca de la nuestra vive un carpintero, Bafón, que cuando llegamos a aquí fabricó unas mosquiteras para nuestras ventanas. Es un hombre trabajador, que reparte su tiempo entre la vida en Bissau y en una tabanca donde posee unas tierras y árboles de cayú. Algunas veces con él hay una mujer o dos, de edad indeterminada, que, por cierto, hace meses que no vemos.

Bafón tiene diez hijos. ¡Por ahora! Nosotros no somos conscientes de todos ellos, porque los mayores sólo están aquí intermitentemente. Creo que tiene dos mujeres y un varón que están casi emancipados. En la casa de Bissau, en los últimos tiempos, viven de forma habitual los otros siete, cuatro chicas y tres chicos. Por orden creo que son Esther, Tami, Elías, Teresa, Eva, Isnabá y Jelsson. Las edades van desde los dieciséis (más o menos) a los dos años. He de decir que entre Isnabá y Jelsson la diferencia es grande.

De la tropa, pues, de chiquillos que pasan temporadas solos en la casa a la que más conocemos es a Eva, una muchacha de unos doce años abierta y comunicativa, inteligente también, que ha descubierto que a mi marido le hace gracia su desparpajo y de vez en cuando viene y le pide algo: la matrícula de la escuela, dinero para comprar el "pano de tocachoro", arroz, gafas para su hermana mayor... finalmente, también chocolate cuando tiene gusa. A eso ya le hemos dicho que no, porque salíamos a tableta diaria; son demasiados niños!

Es amiga de Biomendé, y siempre que las veía juntas me daba nostalgia de ella, porque la familia de Bafón tiene a sus hijos mejor vestidos y alimentados que la de los niños perdidos. A su lado, Biomendé parecía una pordiosera feúca y débil. Las chicas de la familia se arreglan el pelo, se hacen compañía... nuestra vecina suele estar sola. Últimamente la familia de Eva ha estrechado lazos con Biomendé, y le arreglan el cabello y creo que la ayudan un poco en las tareas de la casa. Desde que el carpintero y su (o sus) mujeres no están, las niñas de las dos casas se ayudan a realizar tareas como lavar la ropa y luego creo que comparten la comida.

Eva es la imagen de la supervivencia, fuerte, alta. Juega al fútbol con sus hermanos descalza, y mete un montón de goles! Ella y Teresa son las más activas: van a por agua, venden mancara, cuidan del más pequeño, hacen la colada y la comida... Ha aprendido rápido que comunciarse con nosotros la beneficia claramente, y lo hace con inteligencia; aprendió nuestros nombres, deja pasar un tiempo para pedir, a veces le dice a Biomendé que consiga algo por ella, y en su miseria nos regala mancara esperando que en algún momento le devolvamos el favor. Es paciente, habla en criollo pero nos entiende en portugués, y su esfuerzo por comunicarse con nosotros es superior al de muchos de nuestros empelados. Ha instruido a sus hermanas/os en las virtudes de esta técnica, y así consigue algunos caprichos y mejorar necesidades de la familia, porque no mira por ella sola, generalmente mira por todos los demás. Su última petición: tengo que traerle de España pinzas del pelo, "pa apañá", porque me vio con una y se moría de envidia. Además de lista, coqueta.