lunes, 5 de diciembre de 2011

Entretanto



Hermosa y típica vista de la Cidade Velha
Entre mi cumpleaños, mi santo y la vuelta a España, si la TAP no mantiene la huelga, nos hemos ido a Praia, Cabo Verde, por razones laborales. Esperábamos un mundo muy diferente al de Guinea-Bissau, y nos habíamos creado muchas expectativas. Lo cierto es que está más desarrollado, es más moderno. Ambos países tienen una cara y una cruz.

Aquí hace menos calor y se disfruta del mar (se ven las olas) que el eterno manglar de Bissau nos niega. Y nos hablan del buen ambiente de la colonia de expatraidos, que se reúne frecuentemente para realizar barbacoas y eventos varios.Y hay menos bichos, por ende menos enfermedades.

A pesar de ello, es África también, y los materiales de construcción y las estructuras de las casa son similares, aunque las islas están mucho más urbanizadas. Tienen también problemas de abastecimiento de agua y luz, aunque menores. El ambiente y el tiempo africanos son iguales, con un criollo distinto y un portugués similar. Praia está entre África y Europa. Y eso no es malo, sino enormemente bueno.

Bissau es verde a rabiar, frente a la sequedad que ya presenta Praia, y la gente es más afable, o eso parece. Para nosotros, lógicamente, es más familiar. No sabría con cuál quedarme, ya que, al fin y al cabo, son hermanas de padre. Y con respecto a la colonia blanca de Bissau, lo que me parece es que deberíamos realizar más actividades de confraternización allá, para tener un ambiente que evite a los recién llegados sentirse solos. Tal vez más demanda daría lugar a más oferta. Sólo tal vez.
En eso, que no compete al país africano, sino a nosotros mismos, tirón de orejas para los expatriados.

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