martes, 1 de noviembre de 2011

En casa

Es la primera vez que hago el camino de retorno a casa. Ha sido un viaje largo y cansado, pero arribar definitivamente a Zamora nos ayudó a llevarlo con alegría. Lo cierto es que esperábamos llegar a la civilización para vivir confortablemente unos días, pero olvidé poner en orden algunos instrumentos caseros y tenemos inundación en la casa. 
Afortunadamente, hay agua caliente; no sé si había comentado que en Bissau no tenemos más que en un baño, y es el que ha estado con inundaciones y goteras, así que estaba deseando darme una ducha calentita y lo he logrado. Eso y la chimenea han compensado la falta de calefacción.

Una comida con la familia, ver a los sobrinos, a los hijos de los amigos y a los amigos ha completado el lote inicial con balance positivo. Y hay tele, ahí es nada. Con eso no me hubiera conformado en otros tiempos, pero esto es todo un lujo. Sólo falta que las perritas estén bien, y casi podríamos decir que rozamos la felicidad.

Con qué poquito nos conformamos.

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