martes, 20 de marzo de 2012

Internet

Esta es la temporada más larga que llevamos sin visitar España. Cuando vayamos habrán pasado tres meses sin pisar la tierra patria. A veces parece un siglo, y a veces no te das cuenta de que ha pasado el tiempo; la cadencia de la vida lo rige todo. Durante un tiempo, también, mientras preparaban la terraza para las lluvias y luego arreglaban la antena y luego quiso funcionar la conexión satélite –casi un mes- tampoco hemos visto la televisión española.

No hay mal que por bien no venga. A falta de TVE he oído más tele en portugués y kriol (o criollo o creole o crioulo o como sea) de la que jamás pensé escuchar. Así rompí el hielo y así entiendo algo más de ambas lenguas. Vi los carnavales cómodamente desde casita, veo pelis de dibujos animados (me pirran: Srek, Nemo…) y además estoy al día.

Lo malo es que tanto la TGB -la tv de aquí- como la TVA -de Angola, con la que conectan cuando no tienen programación-o la RTPA -canal internacional portugués para África- ponen una infinidad de telenovelas (no hablemos de los canales árabes) y cientos de sesiones de música tradicional (ya se sabe, lo poco gusta…) A veces, en un ataque de locura, pongo un canal alemán internacional que habla en inglés. Está bien para hacer el oído, ahora sólo tengo que entender lo que dicen. No le veo mucho futuro, pero…

Por eso es grato tener Internet. En ocasiones me sumerjo y paso horas (sí sí, horas) mirando el mundo español desde la web. No el mundo internacional, no. El español. Y por eso me gusta abrir el correo y ver mil mensajes (la mitad actualizaciones de facebook, claro, y otro tanto -casi- de propaganda) que me conectan con casa. Yo, que por teléfono soy bastante escuetita (vale, no me gusta nada hablar por teléfono), sin embargo en Hotmail en algunos momentos soy un torrente de palabras. No es que lo necesite o me enganche; no radio mi vida en actualizaciones en las redes sociales, pero ahora esporádicamente participo en alguna conversación y hasta hago comentarios como “un día y para casa” o “ya llega el calor” y tal. Vamos, a escritora no llegaré, pero desde aquí mando un agradecimiento sentido a los creadores de tal ingenio que me permite mantener el hilo que me une con la vida que dejamos allende los mares.

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