jueves, 19 de julio de 2012

Y la orgía de la tecnología

Parece que no fuéramos los únicos que han sufrido con la falta de luz y agua en la casa. Las estrictas restricciones que implanté en el hogar habían tenido como consecuencia una actitud lacónica en las personas que trabajan aquí.

Sirá no encontraba paz sin lavar la ropa (la lavadora que compré en España murió a los dos meses). El jardinero se veía obligado a cortar el césped y no regar; aunque digo yo que para qué quiere regar con el agua que cae. El guarda de mañana, Floriano, estaba en un sin vivir porque no podía lavar los carros y los veía ¡tan sucios!. Y Sidi, y todos en general, porque no pueden llenar las botellas con agua del pozo, que es muy buena (mide más de noventa metros, está en la profundidad de "aguaslimpias") ni ducharse o lavarse.

Nosotros celebramos la vuelta a la tecnología durmiendo a pierna suelta y tomando ayer dos estupendos gintonics en el Bistro acompañando a una cenita. Ellos han comenzado a festejarlo a su manera: Sira lavó ayer toda la ropa con gran deleite; Floriano limpió los dos carros -aquí ver un coche sucio es síntoma de pobreza, sufren si los nuestros no lucen impolutos y resplandecientes- y Sidi llenó todas las garrafas de plástico que habían quedado vacías (entre nosotros, yo creo que las vende bien frías a quien se las pide y saca un dinerito extra).

Hoy hace dos horas que la bomba nueva no para de trabajar. Con alcachofa o sin ella, el lavado de carros con el nuevo guarda se repite -hoy Floriano tiene ferias-, se limpian barandas y terrazas exteriores y el agua corre a mares por la parcela. No sé cómo explicarles que hay que racionarla. A ellos les gusta verla correr. El milagro de abrir un grifo y ¡ala! agua a porrones y sin fin. Al principio lavaban las cosas con la manguera abierta todo el rato, dejando que corrieran ríos por doquier. Luego hubo que poner coto a tanto desmán y colocar una alcachofa con apertura y cierre en la manguera, porque a veces en dos horas nos quedábamos sin agua en los depósitos y son dos y hacen más de mil litros cada uno!!!.

Es lo que está ocurriendo hoy. Llenamos ayer por la noche los depósitos; ya están a la mitad. Hoy el personal disfruta del agua y, obviamente, de la electricidad.

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