Estas son las primeras humaredas |
Con la cercanía de la Navidad, preparamos el consabido viaje para pasar las fiestas con la familia, los amigos y, por supuesto, las perritas.
Dejamos Bissau empezando a sumirse en las infinitas nubes de "puera" -polvo- y humo que surgen de la sequía. La tierra flota en el ambiente, tiñéndolo de rojo, y las innumerables fogatas que queman la basura al acabar las lluvias extienden un velo con olor a neumáticos y eucalipto por toda la capital. Los trabajadores en las afueras usan mascarillas y al tradicional paludismo o malaria se unen ahora las afecciones respiratorias. Aún así, el paisaje es hermoso y el humo ofrece unos atardeceres magníficos.
La sequía trae también el inicio de la época de bodas -en este país que los novios se mojen es señal de mala suerte- y el local que hay detrás de nuestra casa, O Paián, hace su particular agosto con fiestas donde la comida y la música se combinan para celebrar los casamientos. Nosotros, a su vez, tenemos música gratis toda la tarde. Y entretenimiento. A veces nos acercamos paseando hasta la puerta para ver el ambiente.
Los más afortunados o con mayor poder adquisitivo engalanan sus casas y, si pueden, un trozo de la calle, con adornos navideños. Natal (Navidad) es una fiesta celebrada, mayoritariamente, por toda la población, independientemente de su profesión religiosa. Igual que se festejan el Tabaski, el Ramadám y el Carnaval. Luces furtivas que tintinean entre las nieblas secas de arena y humo y gentes que se unen en celebraciones colectivas que les hacen sentir que forman parte de una comunidad más allá de credos e ideologías.
Engarrafamento en vísperas de Navidad |
Las calles de España, como las de Bissau, estarán llenas de personas buscando las últimas o las mejores ofertas, las primeras rebajas... Ajustando el dinero, por supuesto, pero sin renunciar a la ilusión. Y muchos emigrados volveremos a casa para ver a nuestras familias y reencontrarnos con nuestro país.
Por supuesto, Sanabria |
Nosotros de Bissau nos iremos a España, donde nos esperan las nieblas húmedas y el frío, quizá la nieve. Es una época que a ambos nos gusta mucho, tanto por el contenido emocional de estos días como por el clima y el paisaje que el final del otoño y el inicio del invierno ofrecen. Intentaremos escaparnos a algún sitio aún más frío que nuestra Zamora para estar más cerca de la naturaleza invernal, del agua y del viento, de los árboles. Y nos llevaremos a las perras para que disfruten.
Después de todo eso... Dios dirá. Un futuro aún poco claro y muchos interrogantes por resolver, aunque con la certeza de que sea lo que sea lo que nos depara el destino, será bueno. Año nuevo, vida nueva. En nuestro caso, casi seguro que sí.